A mucho nos gusta escribir, sea periodista, sea aficionado o lo
que usted quiera, seguro le paso si está incluido en esto, de que inicio un
articulo con la idea de expresar algo y después o lo guardo, o lo archivo o
marcho a una papelera, ninguna es excepción.
Muchas veces cuando llega fin
de año queremos escribir algo relacionado al futbol, que es en lo que andamos
hace muchísimos años. Esta vez inicie el mismo en reiteradas oportunidades ,
pero por un motivo u otro el mismo quedaba ahí a la espera en un archivo, nunca
le pude dar forma y mucho menos ponerle titulo, por eso lo rearme a mi manera y
no es antojadizo el de ponerle “el titulo o pone usted” ¿Por qué?, por la
sencilla razón de que mezcle muchas cosas de este deporte que siento nostalgia
de que hayamos perdido y otras que no están nada lejos pero que hacemos poco
por intentarlo al menos tenerlas o recuperarlas.
¿EL CAMPITO?
Que
los niños juegan cada vez menos a fútbol en la calle es algo que se viene
produciendo progresivamente desde hace ya unos años. Y que las nuevas
tecnologías los encierran en casa durante horas delante de la pantalla de un
ordenador, una consola o un móvil es algo también bastante común en muchos
adolescentes. Pero que en muchos espacios
públicos, como plazas o parques, se les prohíba jugar a la pelota me parece del
todo paradójico. Que en lugares acotados, principalmente, para que los niños y
niñas se diviertan, se expresen y se relacionen con otros niños a través del
juego y el deporte exista una limitación de las libertades de los más jóvenes
hace un flaco favor a su desarrollo. En lugares que, sino en exclusividad,
están orientados básicamente para que los más pequeños se inicien en algo tan
saludable como la práctica de la actividad física y las relaciones humanas con
gente de su edad, prohibir jugar con una pelota fomenta esa niñez casi en
cautividad de la que son víctimas muchos niños debido a los nuevos avances.
TRAZARSE METAS.
Los
deportistas, ya desde el inicio de nuestras carreras, nos marcamos objetivos y
aspiramos a llegar a determinadas cimas. Una vida sin aspiraciones personales,
sin nada por lo que luchar, carece de sentido. Aunque más allá de tener una
meta, lo más importante es aquello que hacemos para que acabe siendo una
realidad. Ir construyendo con esfuerzo y constancia nuestra propia vida
provocando que ésta suceda de la forma que deseamos. Luchar por conseguir
aquello que anhelamos nos dará fuerza para no desfallecer y será una fuente de
motivación de la que podremos beber en los muchos momentos en los que, por el
motivo que fuese, no acabemos de encontrar un aliciente para seguir nuestro
camino.
Alguna vez nos dijo algunos amigos de experiencia “Y es
que de las peores sensaciones que podemos tener de aquí a unos años, siendo
ancianos, es tener el convencimiento de que podríamos haber luchado más de lo
que lo hicimos en su momento y que podríamos haber hecho más cosas de las que
hicimos para vivir nuestra vida y conseguir lo que más deseábamos”.
EL ENTRENADOR ES
CLAVE PARA EL FUTURO DE LOS JOVENES.
Una
de las muchas virtudes que debe tener un entrenador de fútbol, más allá de unos
buenos conocimientos y un buen modelo de gestión de grupo, es saber
transmitirlo. Tener las ideas claras, explicarlas con transparencia y conseguir
la empatía(estado de ánimo de un equipo) del equipo. Ser capaz de contagiar
serenidad y confianza, en los buenos y en los malos momentos, y marcar una
línea disciplinaria que muestre que el conjunto está siempre por encima de los
intereses personales.
Saber
transmitir su idea de equipo, a nivel de convivencia y de gestión interna, de
forma transparente para que las normas estén claras y las conozcan todos los
componentes. Y saber transmitir la idea de juego desde el primer entrenamiento
de pretemporada para que todos y cada uno de los jugadores y miembros del
equipo conozcan el patrón de juego y el modo de jugar. El entrenador debe defender al grupo
por encima de todo y blindar el vestuario de ataques externos que contaminen el
buen entendimiento del equipo, manteniendo su filosofía y contagiando un clima
de unidad a los suyos para que los vientos desfavorables siempre existentes
no desestabilicen el rumbo firme del barco.
EL APRENDIZAJE TIENE UN
LARGO PROCESO.
El
ciclo formativo de los jóvenes jugadores es la base de cualquier jugador de
fútbol y, como en cualquier profesión, los primeros años de aprendizaje son
claves en su futuro. Las escuelas de fútbol tienen una gran importancia ya que
además de despertar en los jóvenes el
amor por este deporte los empieza a pulir y los dota de fundamentos del juego y
valores como el compañerismo, en una edad en la que los chicos son esponjas y
absorben con facilidad las diferentes enseñanzas tanto a nivel deportivo como
personal.
Pero
existe una asignatura algo olvidada en los últimos años que no suple una
escuela de fútbol y que aporta a los futbolistas ese talento que no todos
tienen. La calle es la raíz de cualquier buen futbolista. Las horas de calle
con un viejo balón y una superficie de tierra irregular aporta a los chicos esa adaptación a las diferentes situaciones
de improvisación que tiene el juego real y que no te dan los conos ni el césped
artificial. Los partidos con chicos de mayor edad despierta ese talento y
mejora técnica para poder superar su mayor poderío físico.
El trabajo de las escuelas es importante pero me quedaré
siempre con esa especie, cada vez menos frecuente, de futbolista que aprendió a
jugar en la calle. Y es que si se llega a edad cadete o juvenil y no se han
roto unos cuantos pares de championes y
pantalones ni se ha llegado a casa con los medias rotas, como futbolista falta
lo más importante
EL ENTRENADOR
SIEMPRE ESTA EN EL “OJO DE LA TORMENTA”
Los
entrenadores son gente que viven
siempre en el ojo de la tormenta y a los que les cuelgan con facilidad diferentes etiquetas.
Cualquier persona opina y tiene su propia verdad acerca del deporte más
subjetivo que conozco. El fútbol es probablemente el deporte con más ‘técnicos’
en el mundo. la capacidad de adaptación, en conseguir un equilibrio en cualquier
ámbito de la vida y en saber aislarte de todo aquello que no te aporta nada
productivo a tu trabajo.
Aprender
y reciclarse a diario estudiando, viendo y analizando fútbol y guiarse
únicamente por la opinión más objetiva de todas y la más creíble para saber si
tu trabajo está bien hecho, la opinión que los jugadores a los que has
entrenado o entrenas tienen de ti.
Hay
muchas formas de definir un equipo, pero éste significa mucho más de lo que
pueda expresar cualquier definición. Según la Real Academia un equipo es “en
ciertos deportes, cada uno de los grupos que se disputan el triunfo” o un
“grupo de personas organizado para una investigación o servicio determinado”.
El
verdadero equipo comienza a gestarse cuando cada una de las personas que forman
el grupo entienden que sus intereses y objetivos individuales son más
fácilmente alcanzables entregándose con generosidad a un bien común, el cual
hace que sus fuerzas se multipliquen y juntos puedan llegar a cotas mayores,
inalcanzables por si solas o de forma fraccionada.
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